Estudios médicos han confirmado, que existe un 40 y 80% de mamás primerizas que padecen los síntomas de depresión postparto. Un tipo de depresión que se manifiesta en la maternidad, regularmente en semanas o hasta meses después del alumbramiento del bebé. El cuerpo de la mujer sufre muchos cambios hormonales durante y después del embarazo, por eso el desequilibrio de muchas de estas sustancias pueden hacerte padecer este síndrome.
Cuando una mujer se convierte en mamá por primera vez, se le hace muy complicado distinguir si presenta los síntomas de una depresión posparto como tal, o si se trata producto del estrés y cansancio propio de la maternidad. Por esa razón, es muy importante que tanto tú, como los familiares que te rodean, sepan diferenciar bien estos síntomas de depresión posparto para que puedan darte la ayuda necesaria.
A menudo las señales de los cuadros de depresión postparto se caracterizan por llegar a niveles muy alto de tristeza, y a sentir mucha angustia. Así como también, se presenta llantos espontáneos, irritabilidad, sentimientos de culpa y sensación de inutilidad. Esta crisis logra desestabilizar por completo a la madre emocionalmente, al punto que pierde el interés de involucrarse en actividades relacionadas con su hijo.
Si la mujer presenta cuadros o crisis de psicosis, después de las doce semanas del nacimiento de su bebé, se considera como un síntoma grave dentro del síndrome de depresión postparto. Lo que significa, que con anterioridad se manifestaron pequeños síntomas, que al no ser tratados a tiempo conllevaron a este estado.
Para poder diagnosticar de manera acertada si padeces este síndrome de postparto, hay que tener en cuenta los factores que la desencadenaron. Estos factores no solo pueden ser hormonales, también existen factores externos e historial clínico de enfermedades que lo pudieron generar.
Como por ejemplo: Las mujeres que anteriormente han sufrido de desánimo y cuadros de melancolía y decaimiento, son las más propensas en desarrollarla después del alumbramiento. De igual manera, aquellas que han atravesado situaciones de violencia y estrés, o que hayan sido consumidoras de drogas pueden sufrir indicios del síndrome de posparto.
En cambio, en las madres primerizas los principales síntomas son de inseguridad, ya que sienten que no tienen la capacidad de cuidar a su hijo. Otras de las razones que puede generar cuadros de angustia, es no sentir apoyo de sus parejas, al considerar que la responsabilidad del niño solo recaen en ellas.
Si bien, es muy común que se presente el síndrome de fatiga después del parto o durante tus primeros días como madre. Esto es normal, ya que se debe al desgaste físico y mental del proceso del alumbramiento, que tiende a durar aproximadamente tres meses.
Cuando notes que este cansancio o fatiga perdura más tiempo de lo estimado, deberás acudir a un especialista. Uno de los principales síntomas del síndrome postparto es tener mucho sueño a pesar de haber dormido lo suficiente, como también la falta de apetito y la pérdida de deseo sexual por largo plazo.
Estas son otras señales que pueden ayudar a detectarlo:
Uno de los consejos que podrían ayudarte a aliviar este síndrome de fatiga eterno en la maternidad, es elaborando un cuadro en donde puedas controlar tus horas de sueño y de alimentación. Otras de las recomendaciones que podrías tener en cuenta es intentar descansar cada vez que tu bebé duerma.
Recuerda que tus horas de sueño deben ser efectivas para que puedas tener más energía durante el día, y así brindar el mejor cuidado a tu bebé. No rechaces cualquier ayuda que te ofrezcan y tómate unos minutos para relajarte.
Una de las señales para detectar que tenemos síntomas de depresión postparto en la maternidad, es sentir rechazo al recién nacido. El sentimiento de rechazo al recién nacido es uno de los síntomas más comunes para detectar cuadros de depresión en la madre.
Esto sucede regularmente, cuando te has enfrentado a situaciones de presión durante el embarazo o alumbramiento. Inconscientemente tu mente asocia situaciones negativas que pudiste haber pasado con la llegada del nuevo miembro de la familia. De esa forma, crees que mantenerlo alejado mejorará tu estado de ánimo.
Quizás la madre trate de invertir el tiempo en otras actividades y delegar su cuidado a terceras personas. Como también puede sentir demasiada angustia estando cerca de su hijo y no creerse capaz de cuidarlo. Pese a que es normal que la madre se sienta muy agotada, a diferencia de otros síntomas, aquí culpa directamente al bebé sobre su estado.
No debes sentirte apenada de tener este sentimiento hacia tu hijo, debes considerar los cambios espontáneos que ha tenido tu organismo. Recuerda que el vínculo con tu hijo se irá construyendo con el tiempo, y lo mucho que has pasado para finalmente tenerlo contigo. Otras no tienen la suerte que tú si tienes al concebirlo, mirándolo de esa manera podrás revertir el sentimiento de rechazo.
Al tener nuevas rutinas y responsabilidades como madre, tienes expectativas sobre tu nuevo rol que no siempre vas a poder cumplir. Por lo vulnerable que estarás tanto física como mentalmente, podrás irritarte demasiado rápido. Resultando así en ataques de ira espontáneos durante la maternidad que no puedas controlar.
De manera que, podrías descargar tu energía con el bebé o las personas de tu entorno, perjudicando así la relación y crianza del niño. Generalmente, la relación de los padres se puede alterar con la llegada de un hijo, sintiendo que tienes poca ayuda. Ocurren situaciones que llevan a desesperarte con el padre, que en muchos casos, sirve como mecanismo para botar el estrés acumulado.
Sin embargo, dicha acción puede poner en peligro la relación si no se sabe comprender a la mamá y ayudarla. Los ataques de irritabilidad ante otros parecen no tener sentido y ser incontrolables. En estos casos, se aconseja que los familiares que tengas en tu entorno y sean conscientes de la situación sean capaces de ayudarte. Disminuyendo así la carga que sientas.
Entre otros de los síntomas postparto que padecen madres primerizas, y se consideran como grave, está cuando la madre abandona su higiene personal de manera extrema. Si bien es cierto, con el nacimiento del niño los tiempos son limitados, no significa que debemos descuidar nuestra higiene personal.
Para muchas mamás esto se agrava al no poder organizar y manejar su nuevo estilo de vida. Se enfocan tanto en el cuidado del pequeño, que conlleva a descuidar sus hábitos diarios de higiene pudiendo repercutir en la salud de su hijo. No podemos generalizar los casos, ya que en muchas madres esto no es intencional, pues se debe los desniveles hormonales que alteran su estado de ánimo cayendo en un deterioro emocional.
A diferencia de los otros síntomas de depresión posparto como tal, se manifiesta en un periodo más corto, y su recuperación es más rápida. Si este mal hábito de higiene se vuelve frecuente, lo recomendable es acudir a un especialista.
Durante la etapa del embarazo e incluso después del alumbramiento, la madre está totalmente vulnerable. Todas esperan sentir sentimientos de alegría y gozo, pero no siempre es así en la vida real. Sino también pueden presentar sentimientos de ansiedad y síndromes depresivos.
No obstante, es algo tan normal que más del 50% de las mamás primerizas experimentan sentimientos de malestar, tristeza, irritabilidad, melancolía o ansiedad posterior a dar a luz. Si estas sensaciones no desaparecen en un plazo máximo de 10 a 15 días, deberás acudir a un especialista.
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