El trabajo de parto es un proceso único y personal en cada gestante. Además, la incertidumbre que sienten las madres al dar a luz suele ser un problema. Esto es debido a que muchas veces, no saben con exactitud que ocurrirá y como será este procedimiento. Por eso, es importante que la embarazada conozca las fases del trabajo de parto para que pueda llegar más tranquila y con una noción de lo que pasará.
El parto es un procedimiento que va desde la culminación del periodo de gestación hasta la salida del bebé del útero. Por otro lado, el parto de una mujer comienza con la llegada de contracciones regulares en el útero, que muchas veces van de menor a mayor intensidad. Asimismo, estas contracciones están acompañadas de cambios funcionales en el cuello del útero.
El trabajo de parto es un proceso que pasa por tres fases: Dilatación, expulsivo y alumbramiento. Asimismo, en cada embarazada es particular y su duración puede variar entre 4 y 8 horas o más. Además, en madres primerizas el parto suele demorar alrededor de 13 horas. Sin embargo, al dar a luz a su próximo hijo, el nacimiento de este será mucho más rápido.
Debido a lo personal que puede ser este procedimiento en las gestantes, es importante conocer las fases del trabajo de parto. Todo ello, para que las futuras madres sean conscientes de lo que sucederá en ese momento que tanto anhelan, como es la llegada de su bebé.
La dilatación es un proceso que consiste en la apertura y ensanchamiento del cuello uterino con el fin de alcanzar un diámetro de 10cm aproximadamente y darle paso al bebé. Para producir este agrandamiento, previamente se producen las contracciones uterinas, que provocarán que las fibras musculares del cuello del útero se estiren. Tenga en cuenta que la dilatación es un procedimiento que pasa inadvertido. Sin embargo, suele ser acompañado de otros sucesos que si logran ser percibidos por la madre. Por otro lado, la dilatación no es un procedimiento que ocurra de manera instantánea sino que se va a realizar en una serie de fases.
En esta fase las contracciones son cada vez más frecuentes y con mayor intensidad. Asimismo, el cuello del útero comienza a adelgazar, lo que es conocido como borramiento. Esta fase varía en cada embarazada, pudiendo durar solo unas horas o demorar hasta de un par de días. Por otra parte, la fase latente puede tomar de 10 a 12 horas en mujeres que ya han dado a luz antes. Mientras que en madres primerizas puede demorar hasta 20 horas.
En esta etapa, el cuello del útero se dilata de manera rápida en la mayoría de gestantes. Además, la dilatación puede ir de los 3 a 4 centímetros y llegar hasta los 8 o 9. La fase activa es más predecible, pudiendo durar 5 horas en madres primerizas y 2 horas en mujeres que ya han dado a luz antes.
Es la fase final y es en la cual el cuello uterina continúa dilatándose pero de manera más lenta. Asimismo, esta fase no es muy notoria para las embarazadas debido a que se mezcla con la fase activa. También en esta etapa, el bebé desciende de manera rápida hacia la pelvis, llegando finalmente al canal de nacimiento. Cabe mencionar que las gestantes que no recibieron algún tipo de fármaco o anestesia pueden sentir escalofríos y constantes nausea. No obstante, todos estos síntomas son parte de un trabajo de parto normal.
Inicia cuando se ha alcanzado la dilatación y finaliza cuando el feto sale por completo. Del mismo modo, se le conoce como dilatación competa debido a que en este periodo el cuello uterino ha sido capaz de establecer un solo conducto con la vagina. Es así como, en esta etapa empieza a experimentar la necesidad de apretar. Es por ello que el momento de pujar es vital para apoyar con la expulsión del feto. Recuerde que en un parto normal, el bebé sale mirando hacia la espalda de su mamá. Esto es gracias a la forma ovalada de la parte final que atraviesa en la pelvis de su madre, entre el pubis y su coxis.
Es última de las fases del trabajo de parto, la cual hace alusión a la salida de la placenta y las membranas ovulares. Este procedimiento es sumamente delicado ya que la placenta recibe demasiada sangre. Por ese motivo, cuando esta termina de desprenderse, la madre inicia con una serie de intensas contracciones de forma continua. Por otro lado, el útero se cierra tan fuerte como un puño y ayuda a evitar la sangre que aparecería una vez caída la placenta.
Del mismo modo, en ocasiones la placenta tarda en salir y lo mejor es que el equipo médico actúe. Ya que, en muchas ocasiones es una de las causas de hemorragias posparto. Además, es capaz de ocasionar el fallecimiento de la madre durante el parto.
Desde el inicio del periodo de gestación, el cuerpo de la mujer se viene preparando fisiológicamente para dar a luz. Pero, en muchas ocasiones, no se puede conocer el día exacto en el que iniciará y como se dará a cabo el trabajo de parto. Sin embargo, existen formas en que la madre puede aprender a manejar el dolor y la ansiedad que siente previamente a este proceso. De esta manera, podrá ayudarse a controlar el malestar y canalizar su energía en otra cosa. Por lo tanto, será posible que pueda acceder a la posibilidad de tener un parto natural más rápido. Le dejamos algunas recomendaciones que podrán estimular que tenga un parto natural y, en muchos casos, indoloro.
Una manera excelente de mantener la mente despejada en las mujeres embarazadas es realizando rutinas de Ejercicios permitidos para su estado. También puede practicar yoga o actividades de meditación. Tenga en cuenta que, muchas veces el que la gestante se haya mantenido activa y en forma durante su embarazo, puede favorecer a tener un parto más rápido.
Las clases de educación maternal brindan tácticas y herramientas que ayudarán a la embarazada a vivir de manera sana su embarazo, parto y posparto. Asimismo, al recibir estas clases irán adquiriendo conocimientos que saciarán sus dudas. Por lo tanto, la ansiedad y el estrés durante el parto disminuirán debido a que tendrán conocimiento de lo que va a pasar.
El parto es un momento importante lleno de emociones positivas pero también de mucho nerviosismo y ansiedad para la madre. Por eso, escoger a la persona adecuada para este momento puede ser vital. Ya que será quien le brinda estabilidad mental y emocional durante el trabajo de parto. Asimismo, suele ser el padre de la criatura. Sin embargo, también puede ser la madre de la gestante, hermana o una amiga con la que sienta confianza y seguridad.
El agua tibia ayuda a relajar los músculos que se encuentran tensos y ayuda a lidiar con el malestar que producen las contracciones. Por ello, tomar una ducha antes de entrar a trabajo de parto puede ser de gran ayuda.
Si su obstetricia lo autoriza, una buena opción para la futura madre es realizar estiramientos. Asimismo, también puede colocarse en cuclillas o echarse de lado. Por otro lado, en algunos centros de salud está permitido el uso de balones medicinales. Estos te ayudarán a relajar los músculos de la pelvis y a que la criatura descienda más rápido durante el parto.
Los masajes prenatales ayudan a que la gestante se relaje y libere del estrés. Además, aumenta los niveles de energía y ayudan a disminuir el dolor en las articulaciones. Asimismo, se puede dar el masaje con cremas o aceites naturales, lo que ayudarán a hidratar la piel de la embarazada.
Si la embarazada no considera utilizar algún tipo de anestesia durante el parto, una buena opción es caminar. Ya que la posición vertical en la mujer la mantiene activa y con la mente despejada. Además, esta posición puede estimular la salida del bebé por el canal vaginal.
Realizar una respiración lenta y profunda en medio de las contracciones puede ser relajante para la gestante. Esta respiración deberá estar acompañada de música que le guste. Adicionalmente, es de mucha ayuda si se visualiza con su bebé en su lugar favorito.
Es importante que la gestante tenga conocimiento de las fases del trabajo de parto. Ya que, es un proceso que en circunstancias puede ser largo, generando ansiedad y estrés si no llega preparada a este. Asimismo, es vital que la madre conozca que existen formas de obtener la posibilidad de acceder a un parto natural y más rápido teniendo un estilo de vida saludable.
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