Dicen que hay mucha diferencia entre las mamás de antes con las mamás de ahora. Y yo también creo que en parte eso es real. Ciertamente, las diferencias se pueden ver desde la manera de corregir a los hijos hasta en la forma de pensar. Pues en realidad, con el pasar de los años las madres han aprendido a serlo de una manera totalmente distinta a como las educaron a ellas. Sin embargo, sé que el amor por sus hijos no va a cambiar sea cualquiera la época en que estén.
De igual manera, a veces me pregunto, ¿Las mamás de ahora seremos las mismas pero camufladas? Lo que quiero decir es que, a pesar del tiempo y de los cambios que puedan haber, siento que hay cosas que hacemos iguales y solo las vemos de una perspectiva distinta. Por ello, pienso que a veces nos exigimos demasiado. Como querer se flacas, altas y madres ejemplares e inteligentes a la misma vez.
Ciertamente, hay muchas diferencias notorias entre las mamás de antes y las de ahora. Pero, tenemos que dejar en claro que mamá siempre va a ser mamá en el año que sea. ¿Crees que hayan cambiado mucho? O quizás consideres que sus métodos son mejores que los que usamos las madres actuales. Por lo mismo, para tratar de responder esta y otras interrogantes te voy a dejar 10 cosas que han cambiado entre las mamás de antes y las de ahora.
Esto puede ser un poco controversial. En la actualidad, he podido ver que las madres son más sutiles a la hora de corregir a sus hijos. Nada como las más de antes, que con una sola te mandaban el grito al cielo con expresiones como ¡Te-di-je-que-no! O ¡Deja eso ahí! Inclusive, poniendo un poco de énfasis en dividir las palabras a la hora de decirlas para generar un tono más fuerte y autoritario ante sus hijos.
Gran diferencia con las mamás de ahora. Siento que somos un poco más cuidadosas al momento de hacer lo regaños. En realidad, esto podría estar asociado a nuestra niñez. Porque puede que no nos haya gustado esa forma con la que nos criaron y no queremos que nuestros hijos tengan esos mismos recuerdos en el futuro. Por eso es que somos más sutiles cuando se portan mal, aunque hay que aceptar que de vez en cuando puede escaparse un poco de nuestra crianza antigua.
Cómo no recordar el famoso: “Voy a contar hasta tres y…”. Lo que proseguía podía definir el futuro en ese entonces. Se me hace imposible olvidar esa sensación de adrenalina por completar la tarea que me había encomendado mi madre para que al llegar a 3 no pase lo peor. Pero, también sabemos que, en muchas ocasiones al terminar la cuenta no iba a sucedernos nada. Solo era uno de los sustos que daban nuestras madres para que hiciéramos algo en especial.
Otros de los castigos que hacen la diferencia entre las mamás de antes y las de ahora, son los pequeños jalones de oreja como forma de reprendernos. Igualmente, antes a las justas podías hacerte el malcriado o el bacán porque ya aparecía tu mamá a castigarte. O también otro de los infaltables como la sandalia voladora, para los momentos en que hacías una travesura y tu madre se encontrara lejos. La puntería en ellas era como obra de arte.
Ahora es común encontrar casos en los que una cita a los padres por la conducta de su hijo en la escuela, no afecta tanto como antes. En realidad, resulta el profesor siendo el afectado, ya que la madre se concentrará en defender a su hijo que reprenderlo por la mala acción que haya cometido. Eso sí, no es en todos los casos. Pero de haber sucedido con una de las mamás de antes, ¡No habría cómo salvarse!
Recuerdo algunas anécdotas que me contaba mi abuelita cuando iba a la escuela. El recibir alguna nota para que sus padres vayan al colegio era lo peor que les podía pasar. Por eso, ella me decía que prefería no entregársela ni decirle hasta que haya pasado un tiempo prudente. En algunos casos hasta prefería faltar a la escuela hasta que se olvidaran de esa citación. Por eso es que existen grandes diferencias entre las madres de antes y las de ahora.
Otra de las cosas de las mamás de antes y las de ahora, es el engreírlos con las comidas a nuestros bebés. En las épocas pasadas, si no te gustaba lo que tu madre cocinó no había manera de escaparse. Tenías que terminar todo lo que te ponían en el plato o te esperaba un castigo mayor. Nada como ahora, que muchas madres son más permisibles y engeridoras con este tema. Si no te gusta lo que hay, son capaces de preparar algo especial para su pequeño engreído.
Yo misma tengo una anécdota con las comidas. Cuando era una niña, no me dejaban pararme de la mesa sin haber terminado todo lo que estaba en el plato. Recuerdo que podía pasar horas sentada con mi plato de comida. Sin embargo, lo mío era porque no me gustaba o simplemente me daba flojera comer, cosas de niños. Igualmente, siempre estaba presente el amor y cariño de mi madre a pesar de sacarla de sus casillas.
Ahora puedo decir que las amenazas solo quedan en eso, simples amenazas. Pues al llegar a casa, todo queda olvidado o el enojo que teníamos en el momento se nos pasa. Por lo que muchos de nuestros hijos pueden ya haber aprendido esta modalidad, cosa que los hace sentirse más seguros cuando son reprendidos con esta modalidad. Sin embargo, las mamás de antes sí iban en serio. Con solo decir “Espérate que lleguemos a casa”, sabías lo que te esperaba.
Muchas de las mamás de antes se hubieran perdido con la tecnología en estos tiempos. Incluso, algunas madres actuales todavía luchan con estas ápocas modernas y todo lo que sea virtual. Más aún, cuando todo ha cambiado de una manera veloz con la pandemia, haciendo que el mundo de nuestros hijos se convierta casi completamente en una nueva realidad virtual. Por ello, deben enfrentarse a seguir aprendiendo de la mano con ella para poder ser guía de sus hijos.
En realidad, las mamás de antes no sabían lo que era esto, ya que su tecnología no era tan avanzada como ahora. Es más, no tenían por qué preocuparse de las tareas de los hijos en una computadora. Para eso existían las bibliotecas o libros que pasaban de generación en generación en nuestros hogares. Además, lo bueno de esto es que los niños usaban sus tiempos libres para jugar y pasar más tiempo con mamá. Gran diferencia con los tiempos actuales.
En estos tiempos es común saber de madres que le encanta trabajar. Pero, el priorizar eso muchas veces puede hacer que descuiden el cuidado de los niños. Por eso, puede que tengan menos tiempo para pasar con ellos y disfrutar de cada etapa de su crecimiento. A diferencia de la crianza con las mamás de antes, que por lo general se quedaban en casa viendo todos los quehaceres del hogar. Los que implicaban el cuidado de los hijos, cocinar, aseo, entre otras.
Esto hacía que las mamás de antes pudieran dedicar más tiempo a los pequeños y educarlos de una manera más estricta a la de ahora. La razón de estos cambios, creo que puede venir mucho por este factor. Puesto que, el no pasar tanto tiempo con nuestros hijos haría que los tratemos de compensar de otras formas, como el permitirles algunas malcriadeces o engreírlos de vez en cuando.
Esta parte puede ser muy realista y controversial entre las mamás de antes y las de ahora. Lo digo porque las redes sociales han ayudado a visibilizar la vida de otras madres. Estas, quieren demostrar lo posible que es el poder hacer varias cosas solas sin la necesidad de recibir algún tipo de ayuda. Son mujeres más fuertes y en muchos casos, hay de las que prefieren criar a un hijo solas sin la necesidad de estar casadas o comprometidas.
De igual manera, sabemos que las mamás de antes en su mayoría, eran mujeres más reservadas, cuidadosas y juiciosas. En muchos casos, hasta podrían ser calificadas como personas que seguían a sus maridos y aceptaban con orgullo “Ser la señora de…”. Sin embargo, esto en la actualidad no va más. Las madres de ahora luchan por resaltar su independencia y el poder que tienen para poder conseguir sus cosas individualmente sin seguir a nadie.
En muchas de las familias podemos encontrar a padres con varios hijos. Y no me refiero a solo tres o cuatro, sino que en muchos casos la cantidad se incrementa hasta por encima de los diez. Puede que esto se deba a una falta de planificación en las madres de antes. Que, si bien es cierto, no solo es responsabilidad de ella, sino debe ser un punto importante en la conversación en pareja. Creo que en la actualidad, las mamás se preocupan un poco más por todo lo que conlleva criar a un hijo como se debe.
Fuera de este tipo de planificación, también me refiero a la organización que tienen las madres de ahora. Por lo mismo que van a avanzando los años, pueden surgir nuevas actividades que los hijos necesiten realizar. Por ello, las madres de ahora suelen tener todo un cronograma de organización para poder cumplir con todos sus pendientes del día. Ciertamente, las mamás de antes tenían que hacer lo mismo, pero con otras responsabilidades ligeramente diferentes a las de ahora.
Como la última cosa a evaluar de las mamás de antes con las de ahora, está el amor por sus hijos. Creo que en esta parte, es imposible decir que existe una gran diferencia, ya que el amor que pueden sentir es incomparable y va más allá del tiempo en el que se hayan convertido en mamitas. Por eso, creo que no hay diferencia alguna porque nosotras amamos a nuestros hijos con todas las fuerzas que podamos tener.
Puede que las mamás de antes hayan sido mejor que las de ahora o viceversa, pero como mujeres siento que seguimos teniendo muchas cosas en común. Una de ellas, puede ser el deseo de cumplir algo que anhelábamos y no pudimos lograrlo. O en todo caso, ni logramos saber lo que realmente queríamos. Por eso, creo que ahora nos preocupamos un poco más por ello sin dejar de disfrutar la experiencia de ser mamá.
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