Es normal que todas las madres primerizas cometamos errores, no hay un curso que nos enseñe a ser las mejores. Sin embargo, evitar algunos errores comunes de las mamás primerizas, puede ayudar a que el proceso resulte más fácil y menos estresante. Ser madre es uno de los trabajos más complejos del mundo, en especial durante los primeros meses de nacimiento. La crianza de los hijos es un proceso de constante aprendizaje, con aciertos y desaciertos.
Ya que es importante prestarle atención a la crianza de los hijos, te contamos cuáles son algunos errores que suelen cometer las madres primerizas. Pero como no solo se trata de poner énfasis en el error, también te ofrecemos sugerencias para evitarlos. Lo cierto es que nadie es infalible, en especial las nuevas madres. Por ello te damos algunos consejos para madres primerizas y te recomendamos mantener la calma, disfrutar de la aventura de la maternidad y seguir siendo una mamita feliz.
Errores de madres primerizas
Para una madre primeriza, estar al cuidado de un bebé la llena de inquietudes y emoción. Las preguntas son muchas y siempre hay deseos de hacer lo mejor para nuestros hijos. Pero en el intento por tenerlo todo bajo control, es posible que las madres primerizas cometan alguno de estos errores.
1. Temor ante cualquier cosa
Es normal que toda madre primeriza se preocupe y se asuste por todo lo que sucede con su bebé. Viendo que es un ser tan pequeño que necesita de nuestra atención y cuidado, y ya que no se puede comunicar por sí solo, algunas madres pensamos que debemos estar 100% alertas, las 24 horas del día.
Las principales preocupaciones de las mamás primerizas comienzan desde la gestación y luego del nacimiento se trasladan a cómo alimentar al bebé, los motivos de llanto, la razón de sus fluidos, los cambios de temperatura y todo indicio que les resulte alarmante. Aunque quisiéramos controlar esa sensación, la inexperiencia al ser madres primerizas nos traiciona y nos preocupamos por casi todo.
Si eres una de esas madres afectadas por el pánico, la sugerencia es que intentes dejar de alarmarte por cada cosa. Criar a los hijos debe ser una experiencia positiva. El temor desmedido no le traerá bienestar ni a ti ni a tu bebé. Ser madre primeriza, seguramente te causará dudas porque nunca antes habías tenido esa responsabilidad, pero en su lugar, procura mantener la calma y llevar a tu bebé a sus chequeos pediátricos de rutina, para tener en claro cómo va su desarrollo.
2. No dejar que el bebé llore
Toda madre primeriza se preocupa mucho si escucha a su bebé llorar. Es difícil no poder entenderlo verbalmente y desconocer por qué llora. Pero debes saber que es perfectamente normal si tu bebé llora sin motivo, el llanto es parte de su ser y es su mejor forma de comunicarse.
Quizás te sientas culpable si dejas un momento a tu bebé para hacer otras actividades y luego escuchas que empieza a llorar. Pero cuando esto sucede, puedes acercarte a él con delicadeza y hacerle saber que estás presente. Sólo hay que estar alerta al llanto si notas que algo más anda mal, como por ejemplo, un bebé que llora desconsoladamente y tiene fiebre, el vientre hinchado, sarpullido, vómitos o algún otro malestar. En esos casos debes consultar de inmediato con un médico. Puedes hacerlo mediante telemedicina o acudiendo a un centro de salud.
3. Hacer caso omiso de la fiebre
A menudo las madres primerizas se preocupan si perciben que su bebé tiene algo de calentura. Lo cierto es, que las percepciones de temperatura en un adulto y un bebé son muy distintas. El rango normal de temperatura de un bebé oscila entre los 36,5 a 37,5 grados y puede ir variando mucho a lo largo del día.
Pero, si un bebé de 3 meses tiene más de esa temperatura, se considera fiebre y es una emergencia. En ese caso no hay que esperar demasiado y debes llevarlo de inmediato a recibir atención médica. El sistema inmunológico de un bebé no es lo suficientemente fuerte para combatir muchas infecciones, por eso la respuesta debe ser inmediata. La única excepción es una fiebre que se desarrolle dentro de las 24 horas posteriores a la colocación de vacunas en el bebé.
4. Despertar al bebé para la lactancia materna
Si bien la leche materna es la mejor fuente de nutrición para el bebé, como mínimo hasta los seis meses, esto no significa que debas despertar a tu bebé dormido cada dos o tres horas para amamantarlo.
Aunque pueda parecer que la consistencia líquida de la leche no sea suficiente para saciarse, los bebés bien alimentados, en su justa necesidad, no precisan estar comiendo constantemente. Si tu bebé está durmiendo cómodamente toda la noche, debes dejarlo y permitir que él mismo se levante cuando su cuerpo lo requiera.
5. Errores de madres primerizas : Descuidar la higiene bucal de su bebé
Un error muy usual de las madres primerizas es descuidar la higiene bucal de sus hijos hasta que ya es demasiado tarde. Puede parecer que no lo necesitan porque su alimentación es muy básica, pero la higiene bucal es muy importante para los bebés, tanto como lo es para los adultos. Por lo tanto, debes asegurarte de limpiar las encías de tu bebé con un paño suave y húmedo, después de alimentarlo.
Otros consejos para cuidar la salud bucal de tu bebé es no darle leche en la cama una vez que le hayan salido los dientes, ya que eso aumenta el riesgo de desarrollar caries. Por lo general, los primeros dientes suelen salir entre el cuarto y séptimo mes, desde ese momento, hay que realizarle una limpieza bucal entre dos a tres veces al día. A partir del primer año podrá llevar al bebé a sus primeras consultas con el dentista.
6. No instalar correctamente el asiento de seguridad
Para muchas madres primerizas, instalar un asiento para el automóvil resulta todo un reto. En primer lugar, debes elegir la silla adecuada, según el tamaño y peso de tu bebé, además de las consideraciones sobre las medidas de tu auto. Al momento de hacer la compra, debes pedir todas las instrucciones correspondientes para la instalación del asiento de seguridad.
Es muy importante colocar la silla adecuadamente, teniendo en cuenta los diversos modelos disponibles. Por ejemplo, si instalas la sillita con el cinturón de seguridad del auto, debes asegurarte de darle la tensión adecuada usando el ajuste del cinturón. Pero ya que es un elemento flexible, es conveniente reinstalar la silla cada cierto tiempo, pues tiende a ceder y moverse de su sitio.
7. Confiar en fuentes poco fiables para la crianza
El error comprensible que comete toda madre primeriza es seguir los consejos de crianza de las personas equivocadas. Sabemos que es todo un mundo, ser madres, y la inexperiencia nos hace querer llenarnos de información. Pero no siempre la cantidad es calidad. Puedes tomar en cuenta los datos que tus allegados te brindan, ya que se interesan en ti y tu bebé, pero cuando se trata de consejos para padres, es mejor que confíes en los expertos.
Además, con todo el flujo de información disponible en Internet, debes prestar especial atención a los lugares de donde obtienes dichos datos. Te darás cuenta que aunque se trate del mismo tema, puedes encontrar varias versiones sobre el mismo. Por lo tanto, se recomienda consultar diversas fuentes e ir comparando la información en cada una y consultando con su médico, sobre todo cuando se trata de tips de salud.
8. Confundir regurgitación y vómito
Este es otro de los más comunes errores de madres primerizas. Muchas madres se asustan mucho cuando su bebé produce ciertos fluidos, en particular con aquellos que suelta después de ser amamantado. Pero puedes estar tranquila, solo hay que saber que hay una clara diferencia entre la regurgitación y el vómito. La clave está en la cantidad y la frecuencia.
La regurgitación o reflujo es un fluido muy líquido que el bebé suele expulsar casi inmediatamente después de la alimentación. No es causa de preocupación ya que no genera mayor incomodidad en el bebé y suele aparecer cuando eructa, come mucho o traga demasiado aire. A medida que el bebé vaya creciendo, te darás cuenta de que el reflujo disminuye, porque su estómago se hace más grande y consume otros alimentos.
Mientras que los vómitos tienen una frecuencia y cantidad diferente. Si un bebé está infectado con algún virus gastrointestinal, puede llegar a vomitar cada 30 o 45 minutos, aunque no haya sido alimentado. Además, el vómito suele ser expedido en gran cantidad y fuerza, causando incomodidad y cierta dificultad respiratoria. Asimismo, cuando se trata de un virus, el vómito puede estar acompañado de episodios de fiebre o diarrea. Si esto se presenta, debes consultar inmediatamente a tu médico, ya que el vómito constante puede provocar deshidratación severa.
9. No compartir sus tareas de crianza
Un error muy presente en las madres primerizas es excluir a su cónyuge de compartir las tareas de crianza del bebé. Hay que reconocer que podemos pensar que nadie puede atender mejor al bebé que una madre, porque la conexión es demasiado profunda y somos las encargadas de amamantarlos. Pero, aunque quizás su pareja no sea un experto al momento de bañar y alimentar al bebé, es mejor que le permita ser parte de la atención de su hijo y que aprenda a hacerlo.
Comparte las responsabilidades del bebé con tu pareja. Los roles compartidos reducirán tu carga de trabajo y también los acercará. Cuidar a un recién nacido es demasiado quehacer para que lo haga una sola persona. Permite que tu pareja te ayude en lo que pueda, y mientras lo hace, no lo critiques o instruyas insistentemente.
10. No descansar lo suficiente es un perjudicial error de madres primerizas
La llegada de un nuevo bebé cambia totalmente la vida de las madres, es casi como tener un trabajo extra a tiempo completo. Todas las actividades que implican atender al bebé, generan un desgaste importante de energía, que a veces no es correctamente compensada. Sobre todo en las noches, durante los primeros meses de vida del bebé, cuando dormir se convierte en un placer intermitente. Según los expertos, una madre primeriza resta entre 400 y 750 horas de sueño durante el primer año de su bebé.
Por ello se recomienda que la mamá procure establecer rutinas de sueño para cada día, si es posible, o tomar al menos una siesta larga el fin de semana. Si no tienes un descanso adecuado, te resultará difícil disfrutar de lo que debería ser un momento muy feliz en tu vida. Aunque sientas que no te alcanza el día y tienes mucho que hacer por tu bebé, descansar lo suficiente te ayudará a realizar más tranquila tus actividades.
11. Darse un tiempo para sí misma
Es posible que tus planes de hacer ejercicio, ponerte al día con amigos y preparar la cena todas las noches no coincidan con el horario de tu bebé. Cuidar al bebé, puede ser una tarea muy demandante, sobre todo en los primeros meses. Pero una vez que todo se vaya estabilizando, puedes considerar destinar ciertos periodos de tu día para hacer actividades personales como llamar a alguna amiga, ver alguna película o dar un paseo.
Hacer tiempo para ti después de que nazca tu bebé es una necesidad. Esto puede ir de la mano con el consejo de delegar las tareas de la crianza con tu pareja, ya que así, podrás encontrar tiempo para atenderte a ti misma. Darte un respiro y desconectar de las labores de maternidad, es algo esencial para que puedas seguir disfrutando de esta etapa. Y cuando te tomes este tiempo, procura que sea exclusivo, no te preocupes por llamar constante para verificar cómo está tu bebé. Confía en que las personas que lo cuidan lo harán tan bien como lo haces tú, y que en caso sea necesario, te llamarán para informarte.
12. Aislarse de su cónyuge
Tras la llegada del nuevo miembro a la familia, una madre primeriza puede estar tan pendiente y ocupada de su bebé que es posible que se olvide de su cónyuge. Sin embargo, es importante que le continúes dando atención a tu vida en pareja. La maternidad no debe anular tus demás vínculos, aunque sabemos que ser madre por primera vez requiere mucho de ti.
Sin embargo, debes asegurarte de pasar un buen rato con tu pareja. Alguna vez podrían dejar al bebé al cuidado de sus familiares y aprovechar para salir a cenar o ir a pasear. Estos detalles los ayudarán a mantener viva la chispa de su relación y en consecuencia, seguirán afianzando lazos y disfrutando juntos de esta nueva etapa. Mantener el buen vínculo en la pareja, cuando se tiene un hijo por primera vez, es realmente importante y no debe dejarse de lado.
13. Discutir delante de su bebé
Este error se relaciona mucho con el anterior, ya que el descuido de la relación de pareja puede traer muchos conflictos, que sumados al estrés, los desacuerdos por la crianza y los cambios en sus rutinas, podrían desembocar en una lucha continua. Pero discutir y pelear pueden tener un efecto muy negativo en el cerebro del niño. El cerebro de un bebé es muy receptivo, por lo que cualquier tipo de pelea y maltrato puede obstaculizar su desarrollo emocional e intelectual.
Todo bebé, incluso en sus primeros meses, es capaz de captar las vibraciones del ambiente en el que crece. Quizás te parezca algo inofensivo, pero está demostrado que los niños, y posteriores adultos, que crecieron en ambientes familiares inestables y conflictivos, desarrollan pequeños traumas y conductas naturalizadas de violencia, inseguridad y sensación de amenaza que dificultan su desarrollo social.
La recomendación principal es nunca pelear frente a un bebé. Si la pareja tiene algún desacuerdo, es mejor que lo resuelva sin caer en la violencia y destine un tiempo y espacio privado para compartir sus puntos de vista, procurando que siempre prime la tranquilidad y el respeto. El mejor acierto en la crianza, es ofrecerle a su bebé un hogar lleno de amor, respeto y seguridad.
14. Hablarle en “lenguaje bebé”
Es imposible negar lo tierno que es escuchar a un bebé balbucear y hacer esos sonidos tan característicos, incluso solemos imitarlos y hablarles de la misma manera. Pero aunque resulte sorprendente, no debemos subestimarlos ya que el bebé podría comenzar a procesar el lenguaje mucho antes de lo esperado. Por ello, debes procurar no confundir a tu bebé con conversaciones en un excesivo tono de balbuceos. Lo mejor es involucrar al bebé en la conversación con palabras claras, dirigiéndose directamente a él. Utilizando frases e instrucciones breves y claras, con expresiones faciales que sean fáciles de entender y capten su atención.
Por otro lado, otro error de este tipo en la madre primeriza es cuando el bebé pide algo y se lo facilitan sin dejarle procesar y verbalizar su pedido. Hacer esto es perjudicial para su hijo ya que le está impidiendo desarrollar su autonomía y capacidad de comunicación. El bebé debe aprender a expresarse con su entorno, en formas entendibles, para que así le resulte más fácil establecer relaciones interpersonales, sin la dependencia en sus padres.
15. Hacer comparaciones superlativas de su bebé con otros o viceversa
Admitámoslo, toda madre considera que su bebé es el mejor de todos, el más bello, el más listo, el más gracioso. Por eso es posible que constantemente se encuentre comparando a su bebé con otros e incluso llegue a hacerlo delante de sus bebés. Pero aunque parezca algo inofensivo, este puede ser uno de los errores de madre primeriza que genere consecuencias a largo plazo.
Cuando un niño crece en un ambiente en donde se le enaltece constantemente sin reconocer sus equivocaciones, puede desarrollar un complejo de superioridad por el que se autocoloca por encima de los demás. Del mismo modo, si un niño vive en un hogar en el que es constantemente reprobado y comparado como inferior ante otros niños, podría desarrollar un complejo de inferioridad que le dificultará relacionarse con su entorno.
El consejo para no caer en este error es no darle demasiada importancia a las comparaciones. Los bebés se desarrollan a su propio ritmo y, siempre que el suyo esté dentro del rango normal, puede relajarse y dejarlo fluir. Busque un equilibrio a la hora de enseñarle cosas a su bebé y potencie sus capacidades sin sobreexigencias.
16. Creer que al gastar más se ama más al bebé
Este puede ser uno de los errores de muchos padres y no solo de las madres primerizas. Las necesidades de un bebé son bastante amplias, y esto sin duda requiere de un gran gasto. Pero también hay que tener en cuenta las posibilidades de cada hogar, para no terminar gastando en exceso y en algunas cosas que quizás no sean tan necesarias. Evalúa previamente qué es lo que realmente necesita tu bebé para su bienestar, luego de hacer esa lista, será más fácil ir de compras.
Por otro lado, hay un error muy común en padres que no están tan presentes en la crianza de sus hijos. Cuando esto sucede, algunos pueden pensar que es una buena idea compensar esa distancia afectiva con cercanía material. En esos casos se da algo que se puede llamar “transacción emocional”. En este simple pero significativo acto, el padre puede estar dejando de lado el lazo que lo vincula con sus hijos, para poner en primer lugar la satisfacción de lo material. Aunque claramente el bienestar de un hijo implica que tenga toda la ropa, juguetes y demás elementos que necesite, hay que tener cuidado para no descuidar sus necesidades afectivas.
17. Un grave error de una madre primeriza es querer que todo pase de prisa y no disfrutar el momento
Desde la noticia del embarazo, la madre primeriza experimenta mucha emoción y deseos de que pasen los meses para por fin conocer a su bebé. Y cuando el bebé llega, la lista de cosas por hacer cada día es tan larga, que solo deseamos que el bebé crezca para que pueda valerse un poco más por sí mismo. Y así, durante todo el crecimiento del bebé, van surgiendo diversas inquietudes y expectativas. Lo cual puede llevar a que las madres primerizas comentan ciertos errores.
Eventualmente en el trajín diario, podemos olvidarnos de apreciar cada momento que vivimos con nuestros hijos. Anhelamos el siguiente paso, pero cuando llegamos a él, añoramos la etapa previa. La angustia del proceso maternal hace pensar que sería mejor que todo pase rápido cuando en realidad es mejor disfrutar esta etapa única. Pero no debes dejar que la ansiedad te domine, es sumamente importante disfrutar de cada momento irrepetible con tu bebé, estrechar lazos y aprender juntos.
Asimismo, hay muchas formas de preservar recuerdos de las etapas de tu hijo. Puedes llevar un diario o agenda de lo que va sucediendo, tomar sesiones de fotos o grabar videos de pequeños momentos de la vida cotidiana. Ten por seguro que todo esto formará parte de un extenso tesoro de recuerdos invaluables que querrás revivir en los siguientes años.
Un consejo para evitar errores de madres primerizas
Recuerde que todos los padres y madres primerizas a veces cometen errores. No se castiguen por ello, solo tengan fe en sus instintos y pidan información cuando la necesiten. La mejor recomendación es que sea una mamita feliz, que fluye y vive este momento único, con todas las emociones que involucra. Por último, tenga en cuenta que “no hay manera de ser una madre perfecta, pero hay un millón de maneras de ser una buena madre”.